Está bien no estar bien: Abraza tu vulnerabilidad durante las fiestas de fin de año
Las festividades de Navidad y fin de año son tradicionalmente un tiempo de alegría, reunión familiar y celebración. Sin embargo, para muchas personas, esta temporada puede ser un recordatorio doloroso de lo que falta, de las metas no alcanzadas, de los retos emocionales no resueltos o de la soledad.
En un mundo donde las expectativas sociales están a la altura, es común sentir que debemos estar felices, activos y llenos de energía durante este periodo. Sin embargo, la realidad es que no siempre estamos bien, y está bien no estarlo.
En primer lugar, es importante reconocer que las fiestas no son una "cura" mágica para el dolor, las pérdidas o las dificultades emocionales, así como aceptar que está bien experimentar todo tipo de emociones durante las festividades.
La realidad de las expectativas sociales y emocionales
Durante las fiestas, las expectativas sociales y culturales suelen estar muy centradas en la felicidad. Las imágenes de familias reunidas, cenas festivas, intercambios de regalos y momentos de alegría pueden crear una presión externa que nos lleva a sentir que debemos ser felices o hacer frente a estas fechas con entusiasmo.
Sin embargo, estas expectativas pueden aumentar la sensación de desconexión para aquellos que atraviesan momentos difíciles, como duelos, problemas financieros, ansiedad, depresión o soledad.
Es importante recordar que, aunque las festividades se asocian con la alegría y la diversión, no todos tienen la misma experiencia. Cada uno lleva su propio viaje emocional, y las festividades pueden ser momentos de intensas emociones, no solo de felicidad.
Aceptar la vulnerabilidad: está bien no estar bien
Uno de los primeros pasos hacia el bienestar emocional durante las fiestas es aceptar que está bien no estar bien. La vulnerabilidad, aunque muchas veces se percibe como algo negativo, es en realidad un espacio de gran fortaleza. Permitirse ser vulnerable y reconocer lo que estamos sintiendo, sin juzgarnos, es un acto de autocuidado profundo.
Reconocer que no todo es perfecto durante las fiestas permite que nuestros sentimientos sean validados. Si estás triste, nostálgico, ansioso o estresado, está bien. No todas las personas deben estar llenas de alegría en todo momento.
Además, al ser honesto con uno mismo y con los demás sobre cómo te sientes, puedes crear un espacio de autenticidad que fomente la comprensión y el apoyo mutuo.
Por otro lado, aceptar que no estás bien te permite poner en práctica medidas de autocuidado para sanar, como descansar más, pedir apoyo, reducir el estrés o buscar momentos de tranquilidad.
Cómo manejar los sentimientos difíciles durante las fiestas
El primer paso para manejar los sentimientos difíciles es ser amable con uno mismo. Si estás atravesando una etapa difícil, el fin de año puede parecer un recordatorio de lo que falta o lo que no has logrado. Sin embargo, es importante entender que los sentimientos negativos no deben ser reprimidos, sino gestionados de una manera saludable.
Aquí hay algunas estrategias para sobrellevar los momentos difíciles durante las fiestas:
Establece expectativas realistas: Las festividades no son perfectas ni deben serlo. No todos los días serán alegres, y eso está bien. Establecer expectativas realistas te permitirá disfrutar de lo que puedas y manejar mejor los momentos de tristeza o estrés. Si las festividades son difíciles, no te obligues a participar en todas las actividades. Tómate descansos, ajusta tus planes y permítete aceptar lo que necesitas en ese momento.
Busca apoyo: Hablar con alguien en quien confíes, ya sea un amigo cercano, un familiar o un terapeuta, puede ser muy útil. A veces, solo compartir lo que sentimos aliviamos una gran carga emocional. Si no te sientes cómodo con las interacciones sociales tradicionales durante las fiestas, buscar apoyo en otros círculos o en actividades terapéuticas puede ser reconfortante.
Realiza pequeñas acciones de autocuidado: El autocuidado durante las fiestas no tiene que ver solo con los grandes gestos. Se trata de hacer pequeños actos diarios que te ayuden a sentirte mejor. Puedes tomarte un tiempo para leer, caminar al aire libre, practicar la meditación, escuchar música tranquila o simplemente descansar.
Permítete sentir sin culpa: Muchas personas se sienten culpables por no estar felices durante las fiestas, ya que la sociedad a menudo proyecta una imagen de felicidad constante. Sin embargo, no deberíamos sentirnos culpables por no estar bien. Cada emoción que sientes es válida, y es parte de tu proceso.
Redefine el sentido de las fiestas: Las fiestas pueden estar cargadas de tradiciones y expectativas, pero no tienen que significar lo mismo para todos. Si este año no te sientes listo para participar en ciertas actividades festivas, puedes redefinir lo que significa para ti. Tal vez el enfoque de este año no esté en la celebración tradicional, sino en un tiempo de introspección, descanso o conexión con lo que más valoras.
Acepta que el Año Nuevo es solo un día más: Aunque la llegada del Año Nuevo se celebra como un "nuevo comienzo", recuerda que no es necesario esperar a este momento para hacer cambios importantes en tu vida. Puedes iniciar el proceso de sanación o ajuste de tus metas en cualquier momento, sin la presión de que el año debe ser "perfecto" desde el principio.
Está bien no estar bien durante las fiestas decembrinas. Las emociones difíciles, el duelo y las dificultades son parte natural de la vida, y no hay nada de malo en reconocer que no siempre estamos en nuestro mejor momento. Recuerda, las fiestas no son una obligación de felicidad constante, sino una oportunidad de reflexión, crecimiento y, sobre todo, autenticidad.