Así afectan las emociones cuando bebes alcohol

El alcohol y la salud mental están estrechamente relacionados. Aunque algunas bebidad, como el vino, en un consumo moderado pueden brindar beneficios a la salud, beber demasiado puede afectar tu bienestar.

A menudo, el consumo del alcohol se realiza para intentar cambiar nuestro estado de ánimo: para sentirnos más relajados, valientes o seguros. Sin embargo, el efecto del alcohol es solo temporal. A medida que desaparece, solemos sentirnos peor debido a cómo la abstinencia alcohólica afecta a nuestro cerebro y cuerpo.

Puedes sentir que el alcohol es tu mecanismo de afrontamiento: una forma de lidiar con la depresión, el estrés, la ansiedad u otros sentimientos difíciles, pero depender del alcohol para gestionar el bienestar mental puede convertirse en un problema en sí mismo.

El alcohol es un depresor que puede alterar el equilibrio de los neurotransmisores (mensajeros químicos) en el cerebro y afectar los sentimientos, pensamientos y comportamiento. Afecta la parte del cerebro que controla la inhibición, por lo que puedes sentir relajación, menos ansioso y con más confianza después de beber. Sin embargo, estos efectos desaparecen rápidamente. Los cambios químicos en el cerebro pueden provocar pronto más sentimientos negativos, como ira, depresión o ansiedad, independientemente del estado de ánimo.

El alcohol también ralentiza el procesamiento de la información en el cerebro, lo que dificulta comprender lo que realmente sientes y las posibles consecuencias de tus acciones.

A largo plazo, el alcohol consume y reduce la cantidad de neurotransmisores en el cerebro, pero necesitamos un cierto nivel para combatir la ansiedad y la depresión.

Cómo afecta el alcohol a tu cuerpo

A corto plazo, beber demasiado puede provocar intoxicación etílica, problemas de sueño, malestar estomacal, hinchazón y migrañas. Puede provocar un comportamiento imprudente o agresivo, sufrir un accidente o ser víctima de violencia.

Beber en exceso durante muchos años le pasará factura a tu cuerpo. El consumo excesivo de alcohol a largo plazo aumenta el riesgo de padecer graves problemas de salud, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, hipertensión, enfermedades hepáticas y cáncer. Puede provocar problemas sociales como rupturas de relaciones, desempleo, dificultades económicas y falta de vivienda.

Lidiar con problemas de salud física, deudas y problemas de vivienda puede afectar tu salud mental.

Alcohol y salud mental

Los problemas de alcohol y la salud mental están estrechamente relacionados. Las investigaciones demuestran que las personas que beben alcohol tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental. También es cierto que las personas con enfermedades mentales graves tienen mayor probabilidad de tener problemas con el alcohol. Esto puede deberse a que se automedican, es decir, beben para lidiar con sentimientos o síntomas difíciles.

El consumo excesivo de alcohol con regularidad también está relacionado con síntomas de depresión. Las personas con depresión que beben alcohol suelen empezar a sentirse mejor en las primeras semanas de dejar de beber.

Generalmente, no se recomienda beber si estás tomando antidepresivos. El alcohol puede empeorar la depresión y aumentar los efectos secundarios de algunos antidepresivos. Si estás intentando reducir o dejar de beber, las investigaciones demuestran que algunos antidepresivos pueden aumentar el riesgo de recaída.

Si sufres de ansiedad, el alcohol puede proporcionarte una sensación de relajación muy breve, pero esta desaparece rápidamente. Si dependes del alcohol para disimular tu ansiedad, pronto podrías descubrir que bebes cada vez más para relajarte. También podrías descubrir que la resaca empeora tu ansiedad.

Si consumes alcohol para desconectar, piensa en otras maneras de relajarte: meditación, yoga, ejercicio o dedicar tiempo a cosas que disfrutas, por ejemplo.

Con información de menthalhealth.org.uk

Anterior
Anterior

El Síndrome del Comedor Nocturno (SCN), más que un mal hábito

Siguiente
Siguiente

Pies sanos, pies contentos: Estas son las recomendaciones de los especialistas para cuidarlos