¿Qué es el 'fart walk' y por qué esta tendencia digestiva es tan efectiva?

Hay algunos actos sencillos que pueden promover nuestro bienestar y comodidad. El fart walk es el acto de realizar una caminata corta y ligera (de 5 a 15 minutos) inmediatamente después de consumir una comida principal. Aunque el nombre es reciente y se popularizó en redes sociales para hacerlo más llamativo y enfocado en los síntomas digestivos, el concepto es una práctica de bienestar respaldada por la ciencia.

Por qué sí funciona

Los gastroenterólogos apoyan esta tendencia porque la actividad física post-comida tiene efectos directos y beneficiosos en el tracto gastrointestinal y el metabolismo. Caminar estimula las contracciones musculares del sistema digestivo, un proceso llamado peristalsis (o motilidad intestinal). Esto ayuda al estómago a vaciarse más rápido y acelera el tránsito de alimentos a través de los intestinos. Al acelerar este movimiento, se promueve la expulsión del exceso de gases, aliviando la sensación de hinchazón y distensión abdominal (de ahí el nombre).

Una de las mayores ventajas, respaldada por décadas de investigación, es la capacidad de la caminata poscomida para reducir los niveles de azúcar en sangre (glucemia). Los músculos activos utilizan la glucosa que acaba de entrar al torrente sanguíneo, disminuyendo la necesidad de que el páncreas secrete grandes cantidades de insulina. Esto es particularmente útil para personas con prediabetes, diabetes o síndrome metabólico.

Además, al ayudar al estómago a vaciarse más rápidamente, se reduce el tiempo que el ácido gástrico permanece en el estómago, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas de la acidez y el reflujo en la mayoría de las personas.

Por si fuera poco, también hay un efecto mental positivo. Además de los efectos físicos, caminar promueve la liberación de endorfinas, serotonina y dopamina. Integrar este hábito puede mejorar el estado de ánimo, reducir los niveles de estrés y ansiedad, y hasta mejorar la calidad del sueño a largo plazo.

Recomendaciones para hacerlo de manera adecuada

  1. Hazlo inmediatamente después de comer. Para obtener el mayor impacto en la regulación de la glucosa y acelerar la digestión, el momento es crucial. Procura iniciar tu paseo dentro de los 30 a 60 minutos posteriores a terminar tu comida. Esperar más de una hora disminuye la efectividad metabólica del ejercicio.

  2. Prioriza el ritmo, no la intensidad. El objetivo es estimular la motilidad intestinal (peristalsis), no agotar el cuerpo. Camina a un paso ligero o moderado (que te permita hablar sin dificultad). Procura que la duración sea de 5 a 15 minutos. Evita el ejercicio extenuante, que puede desviar la sangre de la digestión a los músculos, y recuerda que 5 minutos diarios son más efectivos que un paseo largo ocasional.

  3. Evita beber en exceso. Si bien la hidratación es importante, beber grandes cantidades de agua justo después de comer puede diluir las enzimas digestivas. En lugar de eso, toma sorbos pequeños durante tu caminata. Si sientes hinchazón, un té tibio de jengibre o menta antes de salir puede ayudar.

  4. Conecta mente y cuerpo. Convierte tu paseo en una pausa mental. Deja las pantallas y concéntrate en la respiración diafragmática y la sensación del movimiento. Esto ayuda a reducir los niveles de cortisol, calmando el sistema nervioso y aliviando síntomas digestivos relacionados con el estrés.

  5. Apuesta por la consistencia mínima. Lo más importante es la repetición del hábito. Si el tiempo o el clima no ayudan, opta por una caminata de 5 minutos alrededor de tu oficina o dentro de casa. La consistencia (hacerlo todos los días) siempre supera a la intensidad (un paseo largo ocasional).

Con información de Time

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