Otoño: tiempo para reflexionar, agradecer y soltar

El otoño es la estación del año favorita de muchos, ya que se caracteriza por sus colores cálidos, el clima que se vuelve cada vez más fresco, el paisaje lleno de hojas secas y los árboles que poco a poco quedan desnudos, previo al inicio del invierno.

Es también la temporada en la que se recolectan las últimas cosechas, antes de la escasez invernal, y es el momento en el que las comunidades antiguas se preparaban para recibir el frío invernal al tejer y confeccionar ropa abrigadora, así como al preparar alimentos en conserva para sobrevivir la última estación del año.

Significado energético y espiritual del otoño

Mientras la primavera y el verano son épocas que invitan a salir y disfrutar de todo lo que hay en el exterior, el otoño es una época de equilibrio entre los mundos interno y externo, durante la cual te puedes preparar para la introspección que será mucho más intensa durante el invierno.

También es un tiempo propicio para agradecer lo que hasta este momento has obtenido o logrado, así como para soltar y dejar ir todo aquello que ya no necesitas o que ya no aporta nada a tu vida, al igual que los árboles se deshacen de sus hojas secas.

Tiempo de reflexión e introspección

En la filosofía china, el otoño es una estación con energía yin, con una tendencia hacia lo receptivo, a la intuición y a la interiorización. En esta temporada, la savia de los árboles se retira de las hojas y ramas para volver hacia las raíces; los animales disminuyen su actividad; oscurece cada vez más temprano y poco a poco el clima se vuelve más frío.

El otoño también se asocia con la melancolía, pues implica una retirada temporal del mundo exterior, tanto física como psicológicamente, para volverte hacia el interior. Pasas menos tiempo al aire libre y estás más en casa; te permites disfrutar más de tu espacio, de los tuyos o de tu propia compañía.

Simbólicamente, el otoño es un llamado para ir hacia tu interior, volver también a tus raíces, a quien eres realmente. Es tiempo de reflexionar, mirar dentro de ti para saber dónde estás, reconocer el camino que has recorrido y decidir hacia dónde quieres ir a partir de ahora.

También es un tiempo ideal para aprender cosas nuevas, para la lectura y la preparación personal e interna; para ser consciente de todo lo que has aprendido a lo largo del año, para así poder aprovecharlo para tu beneficio y el de los que te rodean.

Es momento de cosechar y agradecer

Como ya se mencionó, el otoño es la temporada en la que se recolectan las últimas cosechas. Así que puedes reflexionar acerca de lo que has cosechado en los diferentes ámbitos de tu vida hasta ahora y, por supuesto, agradecer por todo ello: lo que tienes, lo que has logrado, lo que has conservado y las personas que son parte de tu vida.

Si aún no lo haces, sería ideal que en esta temporada iniciaras con un diario de gratitud, en el que escribas cada día las cosas por las que te sientes agradecido en la vida o las que ocurrieron ese día en específico y te hicieron sentir alegría o felicidad. O bien, puedes comenzar con una rutina diaria para agradecer, a través de una meditación, por ejemplo, o al dedicar un momento para reflexionar y mostrar gratitud por todo lo bueno que hay en tu vida.

También es hora de soltar lo que ya no sirve

En el otoño, la naturaleza se deshace de lo que ya no es esencial, como los árboles que pierden sus hojas para poder renovarse más adelante, con la llegada de la primavera.

Así tú, puedes aprovechar este momento para soltar y dejar ir todo aquello que ya no es esencial en tu vida, que ya no necesitas o que ya no te aporta nada, sean personas, relaciones, ideas, costumbres o cosas materiales (es un buen momento para hacer limpieza profunda y sacar todo lo que ya no sirve o llevas mucho tiempo sin usar).

Libérate de todo lo que de alguna manera te estanca, te roba espacio y energía, y así podrás crear espacio para lo nuevo y tener la energía necesaria para tu propia renovación. Despídete de todo lo que haga falta, agradécele y déjalo ir.

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