¿Mañana o noche? El mejor momento para tu rutina de ejercicio

La pregunta sobre cuál es el momento ideal para entrenar es tan antigua como el ejercicio mismo. Algunos apuestan por la disciplina de la mañana, mientras que otros prefieren desestresarse por la noche. La verdad es que no hay una única respuesta correcta, ya que el mejor momento para ejercitarse es el que mejor se adapta a ti, a tu cuerpo y a tu estilo de vida. Sin embargo, la ciencia ofrece una guía para entender los beneficios de cada horario.

Los beneficios de entrenar por la mañana

Si eres de los que prefiere ver el amanecer desde el gimnasio, ¡estás en buena compañía! El ejercicio matutino tiene ventajas significativas, especialmente si buscas consistencia y mejoras metabólicas.

  • Aumenta tu metabolismo: Un entrenamiento matutino puede activar tu metabolismo desde el inicio del día, ayudándote a quemar más calorías a lo largo de las horas. Además, se ha demostrado que entrenar con el estómago vacío puede quemar hasta un 20% más de grasa corporal.

  • Mejora la consistencia: Las personas que se ejercitan por la mañana suelen ser más constantes. Hay menos distracciones, menos imprevistos en tu agenda y, en general, menos excusas para saltarte el entrenamiento.

  • Mejor estado de ánimo y concentración: Empezar el día con una dosis de endorfinas puede mejorar tu humor, reducir el estrés y aumentar tu alerta mental. Esto te puede ayudar a estar más productivo y concentrado en tus tareas diarias.

  • Regula el sueño: El ejercicio regular por la mañana ayuda a sincronizar tu ritmo circadiano, lo que puede llevar a una mejor calidad de sueño por la noche.

Las ventajas del entrenamiento por la tarde o noche

Para los "búhos nocturnos" y aquellos con horarios laborales ocupados, el entrenamiento vespertino es la opción preferida, y también tiene sus propios puntos fuertes.

  • Rendimiento físico máximo: Tu cuerpo suele estar más caliente, flexible y preparado para el esfuerzo físico en las últimas horas de la tarde. La fuerza muscular, la resistencia y la función enzimática se optimizan en este horario, lo que puede resultar en entrenamientos más eficientes y potentes.

  • Alivio del estrés: Un entrenamiento después de un largo día de trabajo es una excelente manera de liberar la tensión acumulada. Es un momento perfecto para desconectar de tus preocupaciones y relajarte antes de llegar a casa.

  • Menor riesgo de lesiones: Con los músculos ya calientes y el cuerpo más flexible gracias a la actividad del día, el riesgo de sufrir una lesión puede ser menor en comparación con el ejercicio matutino sin un calentamiento adecuado.

  • Flexibilidad de horario: Si tu mañana es caótica, una rutina de ejercicio por la noche puede ajustarse mejor a un horario impredecible, permitiéndote entrenar sin prisas.

La consistencia es la clave

Aunque los estudios científicos sugieren que cada horario tiene beneficios específicos, todos coinciden en un punto crucial: la constancia es mucho más importante que la hora del día. Ya sea a las 06:00 o a las 19:00 hrs., el simple hecho de hacer ejercicio de forma regular es lo que realmente impacta tu salud a largo plazo.

Por lo tanto, la mejor hora para tu entrenamiento es la que se alinee con tu energía, tus preferencias y tu agenda. Identifica el momento en que te sientas más motivado y con menos interrupciones, y conviértelo en tu momento sagrado. Al final del día, lo que realmente importa es que te mantengas en movimiento.

Con información de Greatist

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