Así es tu energía en las 4 fases del ciclo menstrual
El ciclo menstrual femenino es un viaje de transformación constante, íntimamente conectado con los ritmos de la naturaleza, especialmente con las fases de la luna. Desde tiempos ancestrales, se ha considerado que el ciclo menstrual no solo tiene un impacto físico, sino también energético, emocional y espiritual. Comprender la energía de cada fase del ciclo permite armonizar nuestras actividades, cultivar el autocuidado y reconectar con la sabiduría cíclica del cuerpo.
En este sentido, Miranda Gray, una reconocida escritora y artista, autora del best seller “Luna roja”, se basa en la idea de recuperar el poder natural del ciclo femenino de 28 días y desmitificar todo lo que rodea la menstruación, que muchas veces es motivo de vergüenza, ya que se ha arraigado la idea de “la impureza de la sangre menstrual”.
A través de su propia experiencia al vivir su periodo menstrual, la autora descubrió que era importante que todas las mujeres se reconciliaran con esa parte de su sexualidad y de su feminidad, para dejar de avergonzarse por su menstruación y empezar a verla como un regalo maravilloso, y así poder tener una vida más plena y feliz.
Al respecto, Grey ha escrito diversos libros, entre ellos “Las 4 fases de la luna roja. Cómo sacar el mejor partido a cada fase de tu ciclo menstrual”, en el que incluye el llamado “Ciclo de la luna roja”, un diagrama que utiliza la imagen simbólica de la luna y muestra las 4 etapas generales del ciclo menstrual femenino, relacionadas con las fases de la luna y con las características energéticas que se describen a continuación.
1. Fase menstrual - Luna nueva
El ciclo femenino comienza el primer día del sangrado, momento en el que da inicio la primera fase, simbolizada por la luna nueva. Esta etapa dura entre 3 y 5 días, y es un momento de “muerte” e introspección, ya que se cierra un ciclo y comienza otro.
Es en esta fase donde la mujer puede contactar con su parte oscura, fría y receptiva. Es un momento de liberación en el que se deja atrás lo viejo para darle la bienvenida a lo nuevo. Es una oportunidad para morir y renacer cada mes.
Lo que se recomienda para esta fase es descansar, dormir y meditar. Sin embargo, la sociedad exige que las mujeres vivan estos días como cualquier otro, lo cual puede ocasionarles cansancio e irritabilidad.
2. Fase folicular - Luna creciente
Lo que viene después de la muerte es el renacer y a esto es a lo que corresponde esta etapa preovulatoria, en la que el cuerpo de la mujer comienza a prepararse para gestar un nuevo óvulo. Es el momento en el que la mujer se libera de su ciclo procreativo y se centra más en su propio ser.
Así, es una etapa dinámica y radiante, en la que las mujeres suelen sentir confianza en sí mismas y les surge la necesidad de socializar. La concentración y la ambición se vuelven más fuertes, por lo que es en esta etapa del ciclo donde la mujer puede centrarse más en su trabajo.
Esta etapa representa un buen momento para planificar, organizar, encontrar soluciones e iniciar proyectos. Además, la sexualidad en esta fase suele ser fresca y juguetona, y el deseo se incrementa.
3. Fase ovulatoria - Luna llena
Esta fase comienza cerca de la ovulación, por lo que su energía estará más en consonancia con la abnegación y el cuidado de otros, ambos relacionados con la maternidad. Aquí la mujer puede tener menos interés por sí misma y estar más dispuesta en ayudar a los demás.
Esto se debe a que la energía de esta etapa favorece la empatía y la capacidad de escucha y de cuidado hacia otros. Pero hay que tener cuidado con esto para no caer en la trampa de decir que sí a todo y convertirse en el salvavidas de todo mundo.
La sexualidad en esta etapa suele manifestarse como una experiencia de amor profundo y el deseo de compartir. Además, es una etapa en la que se está muy en contacto con el mundo interior, con la psique, los sueños y la imaginación. Son recomendables actividades creativas y artísticas para realizar con las manos, como el tejido, la pintura y el barro.
4. Fase lútea - Luna menguante
En esta etapa, el óvulo ya ha sido liberado y no ha sido fecundado. Comienza entonces en las mujeres una necesidad de profundizar en el lado más interno de su ser.
Esta es una fase de gran creatividad, donde se puede aprovechar la energía para explorar distintos tipos de expresión creativa. Aunque disminuyen la capacidad de concentración y la tolerancia ante lo mundano, se incrementan la intuición y la capacidad para soñar.
La mujer se enfrenta con la idea inconsciente de no haber sido fertilizada y con la idea consciente de que se avecina el momento del sangrado, lo cual suele suscitar ciertos conflictos internos, que se traducen en irritabilidad y cambios emocionales: lo que se conoce como el síndrome premenstrual.
Y entonces, el ciclo vuelve a empezar.
¿Cómo conectar con tu ciclo sagrado?
Una idea que propone Grey en su libro es la de llevar un diario para escribir cómo te sientes cada día en los aspectos físico, mental y emocional. Incluso puedes agregar los sueños que recuerdes de cada noche. Esto es de gran ayuda para comenzar a reconocer las distintas fases de tu ciclo y la forma en que te sientes en cada una de ellas.
Te sorprenderás cuando encuentres coincidencias en lo que ocurre los mismos días de cada mes. Además, podrás identificar cuáles son los días en que te sientes con más y menos energía, más y menos creativa, soñadora, irritable, inestable, equilibrada, empática, etcétera.
Así tendrás la capacidad de conocerte y comprenderte mejor, para entender por qué hay días en los que no tienes ganas de ver a nadie y otros en los que eres la persona más sociable, o por qué de pronto no quisieras salir de la cama, mientras otros días te sientes llena de energía y creatividad. Y lo más importante, al entender todo esto dejarás de juzgarte por lo que ocurre en cada momento de tu ciclo, pues todo es parte del equilibrio natural.
Reconocer las fases del ciclo menstrual como un mapa energético permite honrar la ciclicidad en lugar de resistirla. Así como la luna cambia y cada una de sus fases tiene un valor único, también el cuerpo femenino atraviesa procesos que merecen ser escuchados y respetados.