Tu guía para elegir el jabón corporal ideal, según tu tipo de piel

Aunque a menudo lo elegimos solo por su marca, aroma o precio, el jabón es el producto que más interactúa con la barrera de tu piel. Usar la fórmula incorrecta puede provocar sequedad, irritación, acné o incluso desequilibrar tu microbioma cutáneo.

Elegir el limpiador adecuado no es un lujo, sino una parte fundamental para mantener una piel sana, equilibrada y protegida.

Entiende el pH de tu piel

El factor más crítico para elegir un buen jabón corporal es el pH. La piel humana tiene un pH natural ligeramente ácido, generalmente entre 4.7 y 5.7. Este nivel es vital porque mantiene el llamado "manto ácido", la primera línea de defensa contra bacterias, contaminación y pérdida de humedad. El problema es que la mayoría de los jabones en barra tradicionales son alcalinos (pH entre 7 y 10).

Los jabones tienen un pH entre 7 y 10, por lo que no son idóneos para la piel. Por esto, los jabones tienen mayor capacidad de dañar el manto lipídico de la piel que los syndets (limpiadores sintéticos suaves), explican expertos en dermatología.

Cuando utilizas un jabón alcalino, perturbas este manto ácido, dejando la piel vulnerable a la sequedad, la irritación y la proliferación de patógenos. Por eso, los dermatólogos recomiendan buscar limpiadores con la etiqueta "pH balanceado" o, preferiblemente, detergentes sintéticos o dermolimpiadores que están formulados para respetar la acidez natural.

El jabón perfecto según tu tipo de piel

Una vez que entiendes la importancia del pH, puedes afinar la búsqueda según tus necesidades específicas.

1. Piel seca o con tendencia atópica. Si tu piel se siente tensa, escamosa o pica después de la ducha, necesitas un refuerzo de lípidos.

  • Busca: fórmulas ricas y cremosas (a menudo llamadas "jabones de aceite" o geles con textura de leche).

  • Ingredientes clave: manteca de karité, glicerina, aceites naturales (coco, oliva, jojoba) y, lo más importante, ceramidas y ácido hialurónico para ayudar a reparar la barrera cutánea.

  • Evita: la espuma excesiva (las espumas fuertes suelen contener sulfatos agresivos) y las fragancias.

2. Piel grasa o con tendencia a acné. Para pieles con brillo, poros dilatados o brotes de acné corporal (en espalda o pecho).

  • Busca: geles espumosos (ligeros) o limpiadores que ayuden a purificar sin resecar demasiado.

  • Ingredientes clave: ácido salicílico (un beta-hidroxiácido que penetra el poro y disuelve la grasa), carbón activado o zinc para regular el sebo.

  • Evita: productos con ingredientes comedogénicos (que obstruyen los poros), como aceite de coco, manteca de cacao y aceite mineral.

3. Piel sensible o reactiva. Si reaccionas fácilmente con rojeces, picazón o sarpullido a los productos.

  • Busca: fórmulas extremadamente suaves, hipoalergénicas y con acción calmante.

  • Ingredientes clave: avena coloidal, Aloe Vera, Bisabolol o Pantenol (Provitamina B5). Lo ideal es que contengan la menor cantidad de ingredientes posible.

  • Evita: fragancias, colorantes y alcohol.

Para pieles sensibles o secas, la dermatóloga Hannah Kopelman recomienda buscar jabones corporales etiquetados como "sin fragancia" o "para piel sensible".

4. Piel normal (la piel equilibrada). Si tienes un equilibrio perfecto y rara vez tienes problemas.

  • Busca: fórmulas suaves y neutras que mantengan la hidratación sin dejar residuos grasos.

  • Ingredientes clave:geles suaves con ácido hialurónico o limpiadores básicos que contengan glicerina para asegurar la humectación.

Los ingredientes "amigos" que debes buscar

Revisar la lista de ingredientes es un hábito que te ahorrará problemas. Busca estos activos:

  • Humectantes: atrae y retiene el agua en la piel. Para todo tipo de piel, especialmente la seca.

  • Emolientes: suaviza y rellena los huecos de la piel. Para piel seca, átópica y normal.

  • Oclusivos: crea una barrera para evitar la pérdida de agua. Para piel muy seca, dañada, madura.

  • Reguladores: ayudan a controlar la producción de sebo. Para piel grasa, con tendencia a acné.

¿Jabón en barra o líquido?

Durante mucho tiempo se ha debatido sobre el formato ideal, pero la conclusión de los expertos es clara:

  • Jabón en barra tradicional (alcalino): En general, deben evitarse porque su pH alto daña el manto ácido.

  • Jabón líquido/gel: Es el formato preferido por los dermatólogos. Están formulados para tener un pH balanceado (cercano a 5.5), lo que reduce la irritación y la deshidratación. Además, su naturaleza líquida permite añadir más agentes hidratantes (como aceites o cremas).

"La meta es limpiar la piel sin despojarla de sus aceites naturales, por lo que un gel de baño suave y cremoso es a menudo la apuesta más segura para mantener una barrera cutánea sana", afirma la doctora Hannah Kopelman.

Por último, la recomendación más allá de la selección de tu jabón es la temperatura de agua que debes usar en la ducha. Debe ser tibia, nunca caliente, pues esta remueve los aceites naturales (lípidos) esenciales de la piel y puede alterar el pH.

Después de la ducha, aplica tu loción o crema corporal mientras la piel aún está ligeramente húmeda. Esto "sella" la hidratación que el jabón ayudó a mantener.

Deja de buscar la sensación de "rechinido" después de la ducha. Esa tirantez es una señal de que has despojado tu piel de sus aceites naturales. Tu piel debe sentirse limpia, sí, pero también cómoda, suave e hidratada.

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