Cultivar una amistad cuidando las palabras que usamos
La amistad es un tesoro. Como un jardín, necesita ser cultivado con cuidado, atención y, sobre todo, las palabras correctas. Así como regamos las plantas y quitamos las malas hierbas, en nuestras amistades debemos ser conscientes de lo que decimos y, a veces, de lo que es mejor callar para que la relación florezca.
¿Qué evitar decirle a un amigo?
A veces, con la mejor de las intenciones, podemos decir cosas que, sin darnos cuenta, dañan la conexión. Aquí te contamos algunas frases y actitudes que es mejor evitar:
Preguntas personales de golpe: Es natural querer conocer a nuestros amigos, pero hay un momento y un lugar para todo. Indagar demasiado pronto o de forma intrusiva puede hacer que la otra persona se sienta incómoda. Construye la confianza gradualmente.
"A mi manera o nada": La rigidez en las opiniones o la imposición de puntos de vista pueden crear barreras. Las amistades prosperan en la apertura y el respeto mutuo, no en la dominación.
Temas divisivos como política y religión: Si bien con amigos muy cercanos y de confianza se pueden explorar estos temas, abordarlos de inmediato o con personas que no conoces muy bien puede generar discusiones y resentimientos innecesarios.
Comentarios negativos constantes: La negatividad constante, incluso si es sobre algo externo, puede ser agotadora y reflejar una personalidad pesimista. Busca el lado positivo o, al menos, mantente neutral.
Respuestas despectivas o minimizadoras: Si un amigo comparte su pasión o alegría por algo, y tú lo minimizas o te burlas, lo harás sentir menospreciado. Aunque no compartas su interés, muestra curiosidad o respeto. Un simple "¿Eso es interesante, cuéntame más?" puede hacer una gran diferencia.
Consejos no solicitados: A veces, las personas solo necesitan ser escuchadas. Ofrecer soluciones o "arreglar" sus problemas sin que te lo pidan puede hacer que se sientan invalidados o que no confías en su capacidad para manejar las cosas. Pregunta siempre si quieren un consejo antes de darlo.
Historias para "superar" la de tu amistad: Si tu amigo comparte una experiencia, y tú inmediatamente cuentas una propia para demostrar que la tuya fue "mejor" o "más difícil", estás invalidando su experiencia. La amistad no es una competencia.
Cualquier cosa que no te gustaría que te dijeran a ti: La regla de oro es simple: no digas nada a otra persona que no te gustaría que te dijeran o te preguntaran a ti. Esta regla establece una base de respeto y consideración en cualquier interacción.
La regla de oro de la amistad
En esencia, las frases y temas a evitar son aquellos que invaden los límites personales, muestran falta de empatía o imponen nuestros puntos de vista. La comunicación en la amistad debe construir puentes, no muros.
La honestidad y el respeto son las bases de cualquier relación significativa. Esto significa valorar las opiniones, el tiempo y los límites del otro. Significa ser considerado y mostrar amabilidad, incluso en los desacuerdos.
Las amistades deben levantarte, no derrumbarte. Debes sentir que te valoran, te respetan y te apoyan. Es un intercambio mutuo donde ambas partes se invierten en mantener y hacer crecer la relación.
Al ser conscientes de nuestras palabras y acciones, podemos nutrir nuestras amistades para que sean fuentes de alegría, apoyo y crecimiento mutuo. Porque al final del día, lo que las personas recordarán no es tanto lo que dijiste o hiciste, sino cómo las hiciste sentir.
Con información de Time