¿Sufres de mareos o vértigo? Estos pueden ser algunos motivos
El mareo es uno de los síntomas más comunes que lleva a las personas a la consulta médica, y también uno de los más confusos. Este término popular en realidad describe un amplio abanico de sensaciones que van desde el simple aturdimiento y la debilidad, hasta la percepción intensa de que el mundo gira a nuestro alrededor. Esta última, la sensación de giro, se conoce clínicamente como vértigo.
Si bien los mareos rara vez son señal de una enfermedad grave, su persistencia puede afectar drásticamente nuestra calidad de vida y aumentar el riesgo de caídas y lesiones. Es crucial entender la señal que nuestro cuerpo nos envía.
Las principales causas de mareos
El oído interno, el epicentro del equilibrio. El sentido del equilibrio depende de una compleja coordinación entre los ojos, los nervios sensoriales y el oído interno. Cuando el oído interno (el principal centro de equilibrio) se trastorna, el cerebro recibe señales desorientadoras, generando el vértigo.
Problemas comunes: Esto puede ser causado por migrañas, infecciones del oído, la enfermedad de Ménière o el Vértigo Postural Paroxístico Benigno (VPPB), que se produce por el desplazamiento de pequeños cristales en el oído.
Ansiedad y estrés crónico. En el ámbito de la salud mental, algunos trastornos de ansiedad o el estrés crónico pueden manifestarse físicamente como aturdimiento o una persistente sensación de "cabeza hueca", que a menudo se describe como mareo. En estos casos, el síntoma es una respuesta somática a la hiperactivación del sistema nervioso.
Desafíos metabólicos y circulatorios. Los mareos pueden ser una señal temprana de que el cuerpo no está recibiendo el soporte energético o circulatorio adecuado. Estos son factores cruciales que requieren atención médica:
Glucosa baja (hipoglucemia): Común en personas con diabetes, un nivel bajo de azúcar en la sangre puede provocar aturdimiento, que se acompaña frecuentemente de sudoración y ansiedad.
Anemia y hierro bajo: Bajas concentraciones de hierro causan fatiga y debilidad, siendo el mareo un síntoma directo de que la sangre no transporta suficiente oxígeno.
Problemas de circulación: Si el corazón no bombea sangre de manera eficiente al cerebro (por una baja presión arterial o mala circulación), la sensación de desequilibrio o desvanecimiento es inminente.
Estilo de vida y causas ambientales. El mareo también puede ser un reflejo directo de nuestros hábitos diarios y el ambiente:
Deshidratación e hipertermia: Estar activo en un clima cálido sin ingerir suficientes líquidos puede provocar un aumento anormal de la temperatura corporal o deshidratación, resultando en mareos.
Intoxicación: El mareo es uno de los primeros síntomas, junto con dolor de cabeza y náuseas, de la intoxicación con monóxido de carbono, un riesgo serio que requiere atención inmediata.
¿Cuándo es momento de consultar a un experto?
Aunque los mareos suelen ser transitorios, es fundamental acudir a una consulta médica si son recurrentes, intensos o si vienen acompañados de síntomas neurológicos (como pérdida de conciencia, debilidad súbita o dificultad para hablar). Identificar la enfermedad subyacente es el paso clave para un tratamiento oportuno y para preservar tu calidad de vida.

