5 tips para dejar de absorber las emociones negativas de los demás
¿Eres el amigo al que todos buscan para compartir sus penas, dramas, enojos y quejas? Eso habla muy bien de ti, porque seguramente se debe a que tienes la capacidad de escuchar, ser paciente, mostrar empatía, aconsejar y no juzgar.
Pero esa situación puede volverse negativa para ti si eres muy sensible al sufrimiento ajeno; si esas personas que descargan sus problemas contigo, en realidad no buscan solucionarlos, sino tener tu atención; o si, al ser demasiado empático, surge en ti el contagio emocional, que hace que te quedes con las emociones negativas que los demás comparten contigo constantemente.
Esto puede hacer que pierdas tu equilibrio y que sientas un bajón emocional, aunque en tu vida no existan motivos para sentirte de esa manera. Para evitarlo, es necesario que establezcas límites y pongas tu bienestar en primer lugar. Aquí tienes algunos consejos para lograrlo.
1. No te enganches
Muchas veces pasa que alguno de tus amigos más queridos se queja amargamente por algo que su pareja le hizo. Mientras tú haces el coraje de tu vida, al día siguiente ellos se reconcilian y andan como si nada.
Para evitar situaciones como esta, aprende a escuchar y consolar a tus amigos y seres queridos, pero sin engancharte con sus emociones. No te dejes contagiar por su negatividad y no sientas lo que te comparten como si te pasara a ti.
Aprende a poner una distancia emocional, al mantenerte en un punto objetivo y equilibrado. Y en cuanto la charla sobre el asunto negativo termine, conduce tu mente y emociones hacia otra cosa, hacia lo que tiene que ver con tu propia vida.
2. Aprende a identificar a quienes sólo buscan llamar la atención
Generalmente, cuando alguien comparte contigo un problema es porque se trata de una situación real que le afecta. Pero muchas veces, lo que en verdad buscan las personas que se quejan es llamar la atención y hacerse las víctimas para provocar lástima.
Este tipo de personas tóxicas se caracterizan porque siempre tienen algo malo de lo cual lamentarse. Cuando acuden a ti para desahogarse, inconscientemente te transmiten su mala energía (si se los permites). Por más que los escuches y aconsejes, nunca dan solución a los problemas que los abruman, y siempre llegan a ti con el mismo drama.
Así que, si es la quinta vez que tu amigo se queja contigo de lo mal que la pasa en su trabajo, no le sigas la corriente y evita contagiarte de su negatividad. Dile que entiendes que su situación es complicada, pero que sería una gran oportunidad para mandar su CV a otras empresas, donde sí podría ser feliz. Hazle ver los puntos positivos de su situación y cambia de tema cuanto antes hacia asuntos neutrales o positivos.
3. Se vale negarte a escuchar más y más problemas
No se trata de egoísmo ni de falta de empatía, sino de poner en primer lugar tu propio bienestar.
Si ya detectaste que una persona siempre te busca para sacar su negatividad, pero no hace nada para arreglar las situaciones que se la provocan, es muy válido que te niegues a escuchar, o al menos a hacerlo cada vez que te busque.
Siempre ten presente que no es tu responsabilidad solucionar los problemas de otras personas, por muy cercanas que éstas sean, y menos aún si ellas mismas no hacen ni el más mínimo esfuerzo para solucionarlos.
4. Relaciónate con personas positivas
Evita relacionarte solamente con quienes se quejan constantemente, no hacen nada para solucionar eso que los agobia y que siempre tienen un nuevo drama. Tu empatía y buena vibra puede volverse un imán para este tipo de personas, pero aprende a poner límites.
Y sobre todo, procura cultivar amistades con gente positiva y optimista, rodéate de personas que sepan ver el lado bueno de la vida y que compartan contigo más alegrías que problemas.
5. Nunca te olvides de ti mismo y de tu salud emocional
Muchas personas le temen y huyen a la soledad, pero ésta es buena y necesaria para estar contigo mismo, conocerte mejor, reconocer tus necesidades emocionales y dedicar tiempo para hacer lo que te gusta.
Procura pasar algún tiempo a solas, ya sea para meditar, practicar alguna actividad física, consentirte en un spa, practicar tus hobbies, leer un buen libro o cocinarte algo delicioso. En pocas palabras, además de dedicar tiempo a los demás, dedícate y regálate tiempo para ti mismo, para hacer lo que te gusta y cuidar tu bienestar.