¿Qué es el síndrome de Ménière y cómo afecta nuestro equilibrio?
¿Alguna vez has sentido que el mundo gira sin control, acompañado de un zumbido molesto en el oído y una audición que va y viene? Podría ser el síndrome de Ménière, un trastorno del oído interno que, aunque suena complicado, afecta a muchas personas, especialmente entre los 20 y 50 años. Lo bueno es que, con un diagnóstico a tiempo y el tratamiento adecuado, se pueden lograr grandes avances.
¿Qué se siente?
Además de los mareos intensos (vértigo), el zumbido (tinnitus) y la pérdida auditiva temporal, el síndrome de Ménière puede generar una sensación de presión en el oído. Al principio, la pérdida de audición puede ser pasajera, pero con el tiempo, podría volverse permanente. Generalmente, afecta un solo oído, aunque a veces ambos se ven comprometidos.
¿Por qué ocurre el síndrome de Ménière?
Aunque no se sabe con certeza, se cree que el síndrome de Ménière está relacionado con un desequilibrio de líquidos en el laberinto, una parte del oído interno clave para el equilibrio y la audición. El exceso de este líquido provoca los molestos síntomas.
Las buenas noticias es que hay soluciones. "Aunque el síndrome de Ménière no siempre causa pérdida auditiva, es un síntoma común que puede variar mucho", explica Dulce María García Jacuinde, experta de MED-EL México. "Lo importante es diagnosticarlo temprano y buscar el tratamiento adecuado. Para la pérdida de audición, tenemos desde audífonos hasta implantes cocleares con tecnología austriaca, que pueden ayudar incluso en casos de sordera severa".
¿Qué lo causa y cómo se diagnostica?
Los expertos creen que puede deberse a problemas de circulación en el oído interno, infecciones virales, alergias o incluso factores genéticos. A veces, afecta a varios miembros de la misma familia.
La Secretaría de Salud nos recuerda que este síndrome puede confundirse con otras afecciones del oído, por lo que se necesitan varias pruebas para un diagnóstico preciso. ¡No dudes en acudir a un especialista! Ellos te guiarán.
Aunque no hay una cura definitiva, con tratamiento y seguimiento, las personas con síndrome de Ménière pueden mejorar su calidad de vida y reducir la frecuencia e intensidad de los síntomas.