¿Con qué frecuencia deberías cambiar tus sábanas?

¿Lavar las sábanas todos los días? Sí, suena exagerado, pero los expertos en salud coinciden: la mayoría de nosotros nos beneficiaríamos de lavar nuestra ropa de cama con más frecuencia. Sábanas, fundas de almohada y edredones son un caldo de cultivo para la suciedad, gérmenes y alérgenos que pueden afectar nuestra piel y bienestar general.

La dermatóloga Hannah Kopelman explica que la acumulación de estos contaminantes puede llevar a irritación cutánea, brotes de acné, poros obstruidos e incluso foliculitis (inflamación de los folículos pilosos). Además, las células muertas que desprendemos mientras dormimos atraen a los ácaros del polvo, exacerbando alergias, asma o eczema. Todas estas son razones para prestar más atención a la limpieza de nuestra cama.

Frecuencia ideal de lavado para la ropa de cama

¿Cuál es la frecuencia ideal para lavar la ropa de cama? Los expertos hacen las siguientes recomendaciones:

  • Sábanas: El mínimo es una vez a la semana. Sin embargo, la frecuencia debe aumentar si hay factores como el calor del verano (por el sudor y las bacterias), la presencia de mascotas en la cama, o si se está enfermo. En estos casos, cada tres o cuatro días sería lo ideal. Tonya Harris, experta en tóxicos ambientales, sugiere usar agua caliente para el algodón y detergente suave, secando a baja temperatura. Tener un juego extra de sábanas y ducharse antes de dormir también ayuda a reducir la acumulación de aceites y bacterias.

  • Edredones y mantas: Si la manta funciona como sábana superior, lávala al menos una vez a la semana. De lo contrario, si no están en contacto directo con la piel, lávalos cada dos o tres meses para evitar la acumulación de polvo y suciedad. Revisa siempre la etiqueta, ya que materiales como la lana requieren limpieza en seco, y algunos edredones son demasiado grandes para lavadoras domésticas, requiriendo servicios profesionales o fundas nórdicas para facilitar su limpieza.

  • Almohadas y fundas de almohada: Un estudio encontró hasta 5 millones de unidades formadoras de colonias de bacterias por pulgada cuadrada después de una semana de uso. Lo ideal es lavarlas al menos una vez a la semana, e incluso cada tres o cuatro días para pieles sensibles o alergias. Ducharse antes de dormir y mantener una buena higiene capilar puede reducir la suciedad. Las almohadas en sí mismas también necesitan lavarse, generalmente una vez por estación o mensualmente si se prefiere, siempre verificando las etiquetas para el método de lavado adecuado.

  • Protectores de colchón: A menudo olvidados, los protectores de colchón deben lavarse cada dos o tres meses. Protegen el colchón del sudor, derrames, ácaros del polvo y células muertas. Las etiquetas indicarán el método de lavado, que puede variar desde el ciclo suave en lavadora para algodón hasta limpieza en seco o lavado a mano para lana.

  • Tu colchón: Sí, incluso el colchón necesita mantenimiento. Cada vez que cambies la ropa de cama, deja que el colchón "respire" unas horas, idealmente con las ventanas abiertas. Esto evita que los ácaros, alérgenos y esporas de moho prosperen. Para una limpieza profunda, se recomienda aspirarlo dos o tres veces al año. Si hay olores, espolvorea una capa fina de bicarbonato de sodio, déjalo actuar unas horas y luego aspíralo. Girar el colchón también es beneficioso. Para una limpieza profesional, los servicios de vapor pueden sanitizar el colchón cada dos años, eliminando bacterias y alérgenos para un sueño verdaderamente reparador.

Cuidar la higiene de tu cama es una inversión directa en tu salud. Aunque las rutinas varíen, integrar estos hábitos de limpieza puede marcar una gran diferencia en tu bienestar diario.

Con información de Time

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